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jueves, 19 de enero de 2012

Peligrosa combinación: Objeto ferromagnético y aparato de RMN

MedTempus

La tecnología que aplica la resonancia magnética nuclear (RMN) está cada vez más extendida en la medicina por el gran grado de detalles de sus imágenes (en muchos casos, ofrece más información que el TAC), por su inocuidad (al no emitir radiación ionizante y no provocar ningún efecto perjudicial sobre la salud que se conozca) y por la capacidad de realizar pruebas dinámicas del funcionamiento del cuerpo humano (como las RMNfs del cerebro). A pesar de todas estas ventajas, la principal razón por la que no se encuentra en más lugares y por la cual su accesibilidad es limitada es el dinerillo, ya que sigue siendo una tecnología cara.

Como toda tecnología, también tiene sus contras y particularidades y una de ellas es que los aparatos de RMN son básicamente imanes gigantescos y súper potentes (capaces de crear campos magnéticos de 15.000 a 100.000 veces más potentes que el de la tierra). Por eso mismo, está absolutamente prohibido introducir cualquier objeto metálico ferromagnético en una habitación de RMN. El por qué nos lo podemos imaginar todos pero no está de más contemplar un vídeo que nos da una idea de la catástrofe que puede llegar a suceder cuando alguien se despista:


Desgraciadamente, de cuando en cuando ocurren casos en los que alguien introduce un objeto metálico en una habitación de RMN y éste sale literalmente volando hacia el aparato de RMN pudiendo golpear al paciente o a alguno de los sanitarios con muy graves consecuencias. Especialmente dramático fue el caso mencionado en el vídeo de un niño de 6 años que murió en una sala de RMN como consecuencia del brutal impacto de una bombona metálica en su cabeza. La bombona la introdujo un descuidado anestesista que no se dio cuenta de que era metálica y que se estaba metiendo en una habitación de RMN.

Sillas de ruedas, pulidores de suelos y camillas son también algunos de los objetos metálicos documentados que terminaron siendo atraídos inevitablemente por el potente imán de un aparato de RMN, con más o menos daños personales.

Por último, también hay que tener en cuenta que existen objetos metálicos que no son ferromagnéticos y no son atraídos por los imanes como el titanio. Muchos dispositivos metálicos que se implantan en la actualidad (ciertos marcapasos modernos, muchos stents y prótesis, etc…) utilizan estos componentes y no hay riesgo en que un paciente con uno de estos componentes no ferromagnéticos se realice una resonancia. Aún así, hay que cerciorarse y estudiarlo con detalle porque los marcapasos con más añitos y otros dispositivos suelen contener materiales ferromagnéticos, lo que puede dar un buen disgusto si no se anda con ojo.

Muchas gracias a Cantarella por referenciar el vídeo a través de Twitter.

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